El jefe del equipo negociador del Gobierno colombiano en los diálogos con las FARC, Humberto de la Calle, dijo que el acuerdo de paz que se alcance con esa guerrilla hace parte de un propósito nacional contemplado en la Constitución de 1991 y como tal no es imperativa su refrendación.

"Dado que entre los propósitos señalados por su puesta en marcha (de la Constitución) estuvo desde su origen la consecución de la paz es claro entonces que las decisiones que ahora se deban adoptar luego de las conversaciones de La Habana corresponden al cierre del ciclo constitucional iniciado en 1991" dijo De la Calle en un vídeo enviado a un foro en Bogotá.

El jefe negociador intervino desde Cuba, donde participa en la recta final de las negociaciones con el grupo armado, en el foro "25 años de la Constitución Política de Colombia", que se celebró en la Universidad Javeriana en Bogotá.

En el acuerdo que dio inicio a las negociaciones de paz con las FARC, firmado en agosto de 2012, las partes incluyeron un apartado sobre "implementación, verificación y refrendación" de lo pactado y se convino que acordarían esos mecanismos.

Las FARC se anticiparon y propusieron una Asamblea Constituyente, mecanismo rechazado por el Gobierno, que optó por "un plebiscito para la paz".

"La expresión refrendación no se usó con carácter técnico sino que corresponde a una expresión de textura amplia que ha sido entendida como alusiva a los mecanismos actuales de democracia directa. No tendría que ser así, pero la discusión ha girado en torno a ella", agregó.

De la Calle señaló que los acuerdos de paz que se alcancen con las FARC no sustituyen a la actual Constitución, ya que "corresponden al mismo designio originario" de la Carta Magna.

"En el caso colombiano, el vínculo entre Constitución y paz es un vinculo genético, un vínculo de origen", agregó el jefe negociador, quien participó como ministro de Gobierno de la época en las discusiones de redacción de la actual Carta Magna.

Según De la Calle, al incluir el mecanismo de validación "se pretendía darle al acuerdo final una dosis alta de legitimidad derivada de la refrendación popular", teniendo en cuenta las "discusiones posteriores" que seguramente se darán sobre los acuerdos con las FARC.

El jefe negociador aseguró que este es un "camino no exento de críticas", pero expresó su esperanza de que "la crítica no prive a los colombianos de dar el trascendental paso de la terminación del conflicto armado" que ha dejado 7,5 millones de víctimas y 220.000 muertos "de los cuales más del 80 % han sido civiles".

EFE